En las angostísimas calles
del partido de Berazategui conseguir estacionamiento fue una verdadera
travesía, autos por doquier y una cantidad exorbitante de gazebos donde se vendían
productos artesanales y orgánicos, artesanías, frutas, verduras y todo tipo de artículos
no industriales, cubrían la entrada de la ExpoFeria Nacional de la Sustentabilidad
que se llevó a cabo desde el día 7 al 10 de Noviembre en la Municipalidad de
Berazategui (provincia de Buenos Aires) en el Centro de Actividades Roberto De
Vicenzo, de 10 a 21 hs. con entrada libre y gratuita.
Un grupo interdisciplinario de profesionales, académicos,
empresarios y referentes de ONGs vinculados con las distintas expresiones de la
sustentabilidad; el cocinero, escritor, conductor de televisión y ex-jugador de
handball Martiniano Molina; y el conductor de televisión, empresario y
periodista Rubén Mundel, fueron los impulsores y organizadores de esta
ExpoFeria. La misma se realizó con el objetivo de “realizar un aporte al
proceso de desarrollo económico y social argentino en el marco de la
sustentabilidad; generar un espacio de
encuentro en el que se comuniquen e intercambien conocimientos, saberes,
voluntades y compromisos ante los desafíos que supone transitar hacia un
desarrollo económico y social sustentable; contribuir a la formación de redes
entre empresas, organizaciones y gobiernos cuyas acciones tengan como
principios la sustentabilidad reconociendo la diversidad de posturas y las oportunidades que conllevan; conocer
sobre la producción orgánica, desarrollos tecnológicos, industriales, y
culturales con la intención de contribuir a la mejora de las condiciones de
vida humana y el cuidado del planeta.”
La entrada al salón
principal, que abarcaba un Auditorio y un Gimnasio, no se distinguía… eran
tantos los gazebos que cubrían la vereda del Centro de Actividades que uno quedaba algo mareado pero, previendo
esta situación, un numeroso grupo de organizadores con remeras azules y unas credenciales
colgando del cuello se encargaban de
evacuar las dudas de los transeúntes desorientados. Al ingresar al salón percibí un importante
aroma a lo que parecía una mezcla entre café y tierra; había una gran cantidad
de expositores de varios productos ubicados de manera desestructurada pero prolija,
uno al lado del otro, dejando espacio para que la gente pueda circular
cómodamente y cada uno con una temática
propia: aquel que exponía artículos con madera, por ejemplo, tenía su espacio
ambientado según su correspondiente actividad, y esto se repetía con cada uno
de los expositores.
Adultos mayores, otros no tan mayores, jóvenes y niños
recorrieron la feria; los más “cholulos” persiguieron a Martiniano Molina para
sacarse fotos con él o simplemente lo miraron con disimulo y murmuraron con el
de al lado; aquellos con hambre pudieron disfrutar tanto de la comida de los
gazebos del exterior como de la que se servía adentro, que era vegetariana y
costaba entre 20 y 30 pesos el plato.
Caminando por la feria me encontré con la realización en vivo
de vitrofusión: con un soplete empotrado en una mesa una señora rubia de unos
50 años, concentradísima, realizaba canutillos de vidrio para un público de 10
personas aproximadamente, entre ellas un niño de unos 8 años que miraba
perplejo el show y le hablaba a su papá de lo increíble que le resultaba el
paso de estado sólido a casi líquido del material. También estaban las
bicicletas sin pedales, un emprendimiento de un joven de 35 años llamado
Ezequiel Lasnier que realiza, junto con su novia, unas bicicletas rodado 12
para niños de 2 a 5 años hechas en madera artesanal con las cuales el niño, al
no contar con pedales que lo propulsen, tiene que usar sus piernas para tomar
envión y mantener el equilibrio. Según el folleto que reparte Ezequiel, estas
bicicletas desarrollan la motricidad del niño, generan equilibrio y permiten el
desarrollo de la confianza y la autonomía, además de ser de un material
orgánico.
La Expo contó con una feria orgánica; charlas explicativas sobre
los productos de cada expositor; actividades lúdicas para niños: talleres de
cocina, huerta biológica, talleres de reciclaje y energías renovables, música,
teatro y títeres; la presencia de organismos oficiales como la Secretaría del
Medio Ambiente y el INTA, entre otros,
vinculados al área de energías renovables, ambiente y sustentabilidad; ONGs,
empresarios, dirigentes sociales, voluntariado social; también la participación
de los artistas Adrián Berra y La Chilinga; multiplicidad de talleres; y
charlas de concientización.
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