El programa ProHuerta que se lleva a cabo en diferentes partes de nuestro país tiene como objetivo mejorar la seguridad y la soberanía alimentaria a través de la capacitación de personas y de la creación de huertas familiares y comunitarias. Junto a la presentación de las huertas verticales en el stand de ProHuerta en la ExpoFeria Nacional de la Sustentabilidad, René cuenta un poco más acerca de este programa nacional.
En el partido de Berazategui
se llevó a cabo la ExpoFeria de la Sustentabilidad, allí, entre tarros de
reciclaje, cientos de voces resonando en el aire y stands de todo tipo, se
encontraba René Castro. Parado en el stand de ProHuerta, con una remera verde
con el logo rojo del INTA y su nene corriendo por el lugar, René les muestra y
explica a todos los interesados el stand, las huertas verticales, los cultivos
y cualquier otra duda que les pudiera surgir.
Integrante del
programa ProHuerta como técnico de territorio de los partidos de Lanús y
Quilmes y conociendo el programa desde la cuna, René es quien dará una entrevista
en aquel ajetreado viernes, al que le seguirán dos días más.
-¿Cuál es la función
del Stand?
-En este stand lo que estamos exponiendo es el programa
ProHuerta, un programa que tiene ya casi 25 años, que es ejecutado por el INTA
(Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) y financiado por el Ministerio
de Desarrollo Social, a través del plan de Seguridad Alimentaria. Lo que
hacemos con ProHuerta es capacitar a la gente para que puedan armar su propia
huerta, para que tengan una producción de alimentos sanos y frescos, siempre
con un enfoque orgánico y agroecológico.
Puntualmente acá lo que estamos exponiendo son los cultivos
verticales, que a consecuencia de tener espacios reducidos con mucha demanda de
personas y poco suelo para cultivar o para sembrar, optamos por utilizar las
paredes. También se usan macetas, tarros, o recipientes elevados con cajones.
Un tipo de huerta vertical es una pared en la que se cultiva
directamente, está hecha con madera, porque tiene que ser un buen material que
sostenga el peso de tierra y de las plantas, y con un sistema de riego interno.
La otra por la que optamos está hecha con caños de desagüe, también con un
sistema de riego interno que desagota en las cañerías.
-¿Hay alguna
diferencia con cultivarlos directamente en la tierra?
-Es casi lo mismo, pero el cultivo vertical tiene la
problemática de que no se puede sembrar una gran cantidad de variedades, es en
el caso del maíz por ejemplo, que ya es una planta vertical y si está también
en un lugar vertical no va a tener espacio. En el caso de una lechuga, acelga,
un puerro, que son plantas más chicas si va a tener espacio y va a poder
generar. También se puede con las aromáticas, como el ciboulette, la menta o el
tomillo.
Todas las paredes que
hacen del stand están cubiertas de verde, plantas que crecen en las macetas
hechas con cañerías y caños de plástico pintados, tallos, hojas y flores
parecen suspendidos en el aire. En la otra pared, la que está hecha de madera y
se le puede ver la tierra, cuelgan diferentes plantas, pareciera que se
estuvieran cayendo pero no, ahí están, sostenidas y creciendo como si
estuvieran en el suelo. Entre toda
aquella vegetación René explicará un poco más de ProHuerta.
ProHuerta es un
programa que trabaja con técnicos a territorio, cada técnico tiene uno, dos o
tres partidos a cargo y ahí es donde trabaja a través de municipios,
organizaciones y escuelas, capacitando a referentes voluntarios que luego
podrán multiplicar lo que aprendan y hacerlo llegar a los barrios. Se buscan a
referentes ya que los técnicos no llegan de un día al otro a un barrio y dan
una charla acerca de las huertas, porque como dice René: “¿A nosotros, quién
nos conoce?”.
-¿Cómo es el trabajo
y la relación con los referentes?
-Buscamos a referentes que quieran hacer y trabajar las
huertas, o promotores que ya promocionan lo que es la huerta en las escuelas y
barrios, nosotros lo que hacemos es acompañarlos, ellos no se largan solos.
Cuando hay alguna necesidad o algún problema, cuando ellos no se saben
desenvolver, uno va a acompañar.
Nosotros también les brindamos los materiales, les
entregamos un kit de 18 semillas que vienen de una cooperativa de San Juan, les
repartimos los bolsones y los referentes los reparten entre la gente. También
se incorpora los frutales y lo que es granja, haciendo entrega de pollitos
ponedoras o camperos, es para que cierre el ciclo, para que haya un equilibrio
en la alimentación.
La capacitación es constante, en huertas, en aromáticas, en
aves de granja, es constante.
-¿Cómo llegaste a
trabajar en ProHuerta?
-Vengo mamando un poquito todo el programa porque mi viejo
es un iniciador del programa, cuando empezó a generarse allá en el ‘94 y a entrar en vigencia, él fue uno
de los primeros ingenieros que estaba trabajando.
Estudié en una escuela agraria, me capacité mucho y cuando
se me abrieron un poco las puertas y pude entrar al programa, seguí haciendo
capacitaciones y más capacitaciones. Todavía no tengo un título universitario,
pero vengo trabajando hace mucho. Uno puede estudiar agronomía y ser un
ingeniero, pero no todos los ingenieros van a hacer una huerta al barrio, hay
quienes sí y hay quienes no. Este programa tiene una mirada más social, más
barrial, y yo le meto mucho empeño en eso.
-¿Aplicas estas
formas de alimentación y estas formas de vida autosustentables en tu vida
cotidiana?
-En mi grupo familiar se trata de implementar mucha variedad
de alimentos; no sólo verduras sino acompañado con huevos, queso, carne, leche.
Los platos son coloridos, que no sea solo fideos con milanesas. En mi jardín
tengo muchas aromáticas, cuando es la hora de la pizza, soy muy de sacar una
hoja de albahaca, de tomillo, de rúcula.
Tengo mi pequeña
huertita, que a veces la tengo maltrecha, pero trabajando cotidianamente con
huerteros o con productores siempre hay regalos, siempre vas a visitar a un
huertero y te vas con una bolsa de verdura fresca.
Mientras transcurría
la entrevista detrás de René entraba y salía gente del stand que eran atendidos
y guiadas por dos personas con una sonrisa firme, un paso lento, voces suaves y
unos cartelitos que los identificaba como “Abuelos en acción” prendidos de sus
ropas.
Ellos eran integrantes
del programa “Raíces y retoños”, desarrollado entre PAMI y ProHuerta, que busca
que los abuelos puedan armar huertas en los centros de jubilados, para que se
puedan reunirse en sus tiempos de ocio y puedan hacer una actividad, puedan
volver a tocar la tierra. Se trata de
armar huertas comunitarias en las que también puedan participar e involucrase
los chicos de alguna escuela o jardín para que se puedan formar nuevas
relaciones, para que los mayores puedan sentirse útiles y compartir sus
saberes. Es acerca de estrechar los lazos entre todos.
La gente que se
acercaba a aquel puesto se iba con información, con materiales, con nuevas
ideas y aprendiendo, tal vez, acerca de
un programa del que antes no tenían idea. Un programa que busca acercar las
huertas al alcance de todos, de los sectores sociales más vulnerables, y que
busca volver un poco a la cultura del trabajo con la tierra y a la cultura de
alimentarse bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario