sábado, 23 de noviembre de 2013

Flores para sentirse bien


Carolina Casale es una joven estudiante de psicología platense; tiene 23 años, pero está “pisando los 24”-dice- cumple años en Febrero. A principios de año comenzó a interiorizarse sobre la terapia floral de Bach. A continuación, Carolina cuenta cuáles son las ventajas de esta terapia natural que nos equilibra las emociones.

De estatura media, pelo castaño ondeado y ojos penetrantes  marrón oscuro, Carolina Casale se sienta en la mesa ovalada de roble de su comedor; me convida un mate y arranca la charla. Vestida con un pantalón bali verde y una remera color gris me cuenta que está en la recta final de su carrera, estudia psicología en la Universidad Nacional de La Plata y sólo le falta un año para recibirse; no le gusta “cantar victoria antes de tiempo” pero se siente obligada a expresarme un estimativo temporal.
Carolina es oriunda de la ciudad de La Plata y a principios de este año comenzó a practicar un tipo de medicina alternativa: terapia con flores de Bach. Me cuenta que se trata de una terapia natural, sin contraindicaciones, que no interfiere con otras terapias y de la cual se obtienen resultados sumamente positivos. Se interiorizó en el tema a través de una amiga de la familia; “yo estaba con mucho estrés por la facultad, no podía dormir, andaba mal; y bueno ella me ofreció tomar flores y la verdad que me re sirvieron y  a partir de ahí arranqué”.

Las flores de Bach son una serie de esencias naturales a base de flores silvestres que se usan para tratar diversas situaciones emocionales, como por ejemplo: miedo, impaciencia, angustia, incertidumbre, ira, confusión, intolerancia, timidez, entre otros. Las descubrió  el médico, investigador y homeópata Edward Bach en la década de 1930, el cual experimentó con diversas flores silvestres nativas de la región de Gales, Gran Bretaña, de donde era oriundo; allí descubrió 38 remedios naturales, cada uno con propiedades curativas diferentes y específicas para distintos problemas emocionales.

Bach concibió el uso de sus remedios basándose en la teoría de que las enfermedades físicas son una consecuencia de trastornos o desequilibrios  de la dimensión emocional-mental. Si los conflictos emocionales subsisten por mucho tiempo, la enfermedad del cuerpo se manifiesta; sin embargo, al restaurar el equilibrio emocional se resuelve la enfermedad física.
Las esencias florales de Bach son 38 preparados artesanales que se realizan a través de la maceración en agua de las mismas. Después de esta maceración que se hace generalmente bajo el sol, se diluye el resultado en brandy (destilado de vino que se usa como conservante).  Ya que el cultivo de estas flores silvestres, oriundas de la región de Gales, requiere muchos cuidados y se vuelve dificultoso; actualmente muchas farmacias venden “kits” con las esencias florales y los instruidos en el tema, como Carolina, realizan los preparados según el problema particular de cada paciente.

Esta terapia se considera como alternativa, “la relacionan con la homeopatía, como para rotularla pero no es un tratamiento homeopático, se podría definir como medicina alternativa” –dice- para seleccionar flores sólo se necesita saber qué tipo de persona es y qué le pasa. Algunos de los 38 extractos son:
Agrimony - Tortura mental detrás de una cara alegre.
Aspen - Para el miedo o la ansiedad de origen desconocido.
Beech - Intolerancia.
Centaury - personas serviciales que no saben decir 'no'.
Cerato - Personas que buscan siempre la opinión de los demás.
Cherry Plum - Miedo a perder el control, histeria.
Chicory - Amor egoísta y posesivo.
Clematis - Soñando con el futuro sin prestar atención al presente.
Crab Apple - La flor limpiadora. Odia su apariencia.
Elm - Abrumado por la responsabilidad.
Gentian - Desánimo y abatimiento tras un contratiempo.

“Las flores tienen la particularidad de no interferir con otros tratamientos, que te puede dar el médico por ejemplo; además no generan adicción ni tienen efectos secundarios. O te funcionan y te sentís mejor o directamente no te hacen nada” dice Carolina mientras le agrega yerba al mate de cuero negro que parece haber perdido el equilibrio a causa, calculo, de algún golpe.  Me cuenta que cuando el problema que uno tiene debe ser solucionado rápidamente se toman unas gotas que son “de emergencia” y después, cuando los síntomas están más calmos, se inicia un proceso de averiguación sintomático más específico.  La dosis habitual es de 4 gotas 4 veces por día, las cuales se pueden tomar en cualquier momento, “el cuerpo mismo te las pide” pero no se puede tomar más de cuatro. Me comenta, como “dato de color” que esta terapia es muy poco utilizada en el ámbito de la psicología, sin embargo hay una psicóloga muy conocida que es la pionera en combinar esta terapia floral con el tratamiento psicológico, se llama Claudia Stern y Carolina se compró todos sus libros.
La joven de 23 años, que amablemente me abrió las puertas de su casa, me muestra los diferentes frasquitos que tiene, cada uno con una tapa con gotero; tiene varios, serán alrededor de 20. No me muestra el kit con los extractos de las flores porque se tiene que ir; me explica que compra estos kit porque las flores son muy difíciles de cultivar y le resulta más práctico ir a la farmacia a comprar los extractos directamente. La están esperando unas compañeras para hacer un trabajo. Nos despedimos, le agradezco y cada una emprende camino para lados opuestos.

Zotalis, Melina.

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