domingo, 27 de octubre de 2013

Delfina, una joven en plena búsqueda de su ser

Delfina, es una muchacha de 24 años y forma parte de los encargados del restaurante ITALS Comidas Vegetarianas y Veganas, ubicado en la calle 14 esquina 57 a la altura de 1900. Está muy contenta de trabajar ahí y de poder colaborar brindando la comida y la información necesaria para que la gente, al igual que ella, pueda llevar una mejor calidad de vida.

 La muchacha de grandes ojos negros y de ropa colorida, me ofreció que vayamos afuera para que yo pudiera realizar la entrevista. Era una noche cálida, nos sentamos en una de las mesas verdes de madera que estaban dispuestas en la vereda. Se la notaba animada a charlar y a querer compartir todos sus conocimientos conmigo.

Actualmente participa cultivando en distintas huertas, reciclando y ayudando en el restaurante. Vive en comunidad con varias personas y sostiene que su nuevo entorno la ayudó a conectarse más con ella y así convivir en armonía con el resto de las personas y de la naturaleza.

- ¿Sos de acá de La Plata? ¿Dónde vivís actualmente?

- Sí, soy de La Plata, vivo con nueve personas más. Estoy en una casa que proponemos como comunidad. Tratamos de reaprender los valores que nos enseñaron siempre como utópicos pero que si todos creemos en ellos podemos convivir. Lidiamos con eso, nos liberamos a la hora de vivir. Buscamos experimentarnos como seres y todo lo que eso conlleva: purgarnos por las malas alimentaciones y también, por problemas que no logramos digerir y que queremos que lo hagan.

- Veo que tenes un par de tatuaje ¿A qué se deben?

-Uno es un delfín, es un animal que me acompaña al igual que el agua – se señala el brazo-. Lo que representa el agua y la vida. Este y los otros dos representan una etapa de adolescencia, época en la que hice catarsis y me expresé a través de los tatuajes.

- ¿Sos vegana, vegetariana?

- No no, trato de no encasillarme en nada. Sino escuchar a mi cuerpo. Que pide, que quiere.

- ¿Cultivas en alguna huerta?

- Si, hay bastantes espacios abiertos a los que se puede ir y plantar en las huertas. Como por ejemplo la de la Facultad de Ciencias Naturales y hay otro lugar al que se puede ir en calle 27 y 46. Estoy aprendiendo, recién este año me interioricé con toda esta “movida”.

-¿Y cómo fue que te interiorizaste?

- En realidad por el rodeo de gente, hubo un intercambio de personas con la que me solía juntar y me fue llegando esta información, la de volver a la semilla. Entender qué es la semilla. Todo lo que consumimos viene de una y eso me parece “re loco”. Empecé a interactuar con lo que absorbemos desde el origen. La ficha me cayó hace poco, me estoy reconectando conmigo misma y con lo que ingiero.

 - ¿Qué significa el nombre del local?

- El nombre: alimentación vital. El alimento en su estado más natural. La comida que se establece en el rastafarismo pero teniendo en cuenta que acá las condimentamos un poco.

- ¿Vos sos la encargada?

- No, no hay encargados acá. Estamos todos trabajando o en la barra o en la cocina. Laburo acá porque así lo quería, lo pedí y se abrió la puerta. Por suerte me gustó. Apoyo lo que se vende con todos mis sentimientos.

- ¿Cuántos son los que llevan a cabo el lugar?

 - Somos nueve en total.

- ¿Las pinturas que hay en el interior del restaurante, las hicieron entre todos?

- Ya estaban hechas antes de que yo entre a trabajar. Siempre las miro y me pregunto lo mismo. Acompaña el nombre y el estilo. Hacen referencia a la cultura rasta y a las africanas. También a la música, lo que es el tambor, el baile, las frutas y los colores.

- También vi unos collares colgados con un cartel que decía “precio a contribución”. ¿Los hiciste vos?

- Sí, los hice una tarde en mi casa. Me habían dado ganas y los deje ahí. No me daba para venderlos, asique hice eso y me dejaron plata y algunos dibujitos también.

- ¿Haces algo más aparte de collares?

- Lo que “pinte”. La otra vez, con la gente de mi comunidad, aprendimos a encuadernar: agarramos un par de fotocopias, les hicimos unas tapas y les pasamos el hilo. Siempre se puede aprender algo.

- ¿Aplicas alguna otra forma de reciclaje?

- En la casa en la que vivo tratamos de reciclar siempre. Disminuir la basura de la casa lo más que podamos: lo orgánico va al compost, los papeles al fuego y los plásticos los ponemos en los eco-ladrillos. Para hacer esto último: agarramos una botella y metemos los plásticos bien comprimidos ahí adentro. Sacamos muy poca basura. La comida también, pasamos por las verdulerías cuando están por cerrar y les pedimos las verduras que suelen tirar. Las lavamos y eso se consume.



Agostina Polischuk

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