Monsanto es una compañía agrícola fundada en Estados Unidos durante el
año 1901 por John Francis Queeny,
un joven veterano de la industria
farmacéutica. Su repentina fama se debió
por introducir al mercado la primera
generación de cultivos transgénicos (organismo
genéticamente modificado) y por fabricar sacarina, un edulcorante
artificial. Actualmente, es el mayor vendedor mundial de
semillas transgénicas en Latinoamérica, Estados Unidos y Canadá, cuyos cultivos
representan más del 90% de todos los cultivos transgénicos del mundo.
Monsanto comenzó con sus operaciones en Argentina en el
año 1956, con la inauguración de la Planta de Zarate, en la Provincia de Buenos
Aires. Durante sus comienzos en el país, se volcó en la producción y
comercialización de productos químicos. Dedican gran parte de su tiempo a
vender semillas, crear eventos biotecnológicos y elaborar productos para la
protección de cultivos.
Manifestantes de 52 países protestaron en contra de
Monsanto debido a las consecuencias
que trajo su modelo de producción agrícola. El 12 de octubre se realizó la
primera tres más campañas, mediante las cuales
pedirán a millones de activistas boicotear “ la acción depredadora" de
Monsanto por sus organismos y químicos perjudiciales que amenazan la
salud y la fertilidad de quienes los consumen. También van a participar
víctimas del conocido químico “Agente Naranja”, el cual se utilizó durante la
guerra de Vietnam. Esto se debe a que según un estudio de la Universidad de Columbia (Nueva York), luego de que hayan pasado 40 años de esta guerra, un gran número de personas siguen desarrollando
enfermedades terminales como por ejemplo, cáncer.
“No vamos a permitir el ingreso de ningún camión, ni que se instale Monsanto, porque son ellos o somos nosotros. Yo ya perdí a mi
hija", declaró Gatica, mujer que
lucha contra la llegada de la empresa a Córdoba, y que perdió a su hija debido a una malformación en su riñón por culpa de los productos transgénicos.
El biólogo molecular de
la Universidad de Buenos Aires Andrés Carrasco, cuenta que los cócteles químicos son alarmantes
y peligrosos, principalmente el gilsolfato (herbicida), cuya utilización debe
limitarse a áreas agrícolas, alejadas de viviendas y centros poblados. Este producto
tóxico no solo trae graves problemas en la salud de los seres humanos, sino que
daña a la naturaleza. Las manifestaciones tuvieron como objetivo frenar la Ley Monsanto, la cual obligará
a pagar por el uso de semillas transgénicas, dejando sin protección a los
pequeños agricultores.
Del Compare, Teresa
Del Compare, Teresa
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